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domingo, 5 de julio de 2015

¿Qué vitaminas sirven en qué casos?

Redacción

Letras de las diferentes vitaminas
¿Cuántos tipos de vitamina incluyes en tu dieta diaria?
Probablemente ni recuerdes la cantidad de veces que te han dicho que tomes vitamina C para fortalecer tus defensas y protegerte de la gripe.
Las vitaminas (y los minerales) son nutrientes fundamentales que requiere el cuerpo en pequeñas cantidades para funcionar adecuadamente.
Y, por lo general, se obtienen siguiendo una dieta variada y saludable.
Es importante considerar que el consumo de suplementos vitamínicos debe realizarse bajo estricta supervisión médica porque ingerir demasiado o por un tiempo muy prolongado puede tener efectos perjudiciales en el organismo.
Pero, aparte de la vitamina C, ¿qué sabes del resto? ¿Conoces la utilidad de la vitamina D, E o la K?
Siguiendo las recomendaciones del Sistema de Salud Nacional del Reino Unido, la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, BBC Mundo te cuenta en qué casos son útiles unas u otros y en qué alimentos puedes encontrarlos.

Vitamina A

Es un antioxidante, lo que quiere decir que puede prevenir o retrasar el daño en cierto tipo de células.
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Los huevos son fuente de una gran cantidad de vitaminas.
Sus funciones principales son: fortalecer al sistema inmunitario para poder prevenir las infecciones, ayudar a la visión cuando la luz es muy tenue y mantener saludable la piel y el revestimiento de algunas partes del cuerpo, como la nariz.
Además es importante para el crecimiento óseo, las funciones que desempeñan las células y para ciertas condiciones de la piel, como el acné y las arrugas.
Fuentes de vitamina A: queso, huevos, pescados grasos, hígado, leche y yogur.
Como el betacaroteno también le proporciona al cuerpo vitamina A, se pueden consumir frutas y verduras con este elemento: mango, duraznos, lechosa o papaya, espinaca, pimientos y zanahorias.

Vitamina B

En este grupo hay varios tipos:
  • La B6 le permite al cuerpo usar y almacenar la energía que viene de las proteínas y los carbohidratos que se consumen. También ayuda en la formación de la hemoglobina (la sustancia que se encuentra en los glóbulos rojos y que traslada el oxígeno en el cuerpo).
Fuentes de vitamina B6: cerdo, pollo, pavo, pescado, pan, cereales, maní, papas y huevos.
  • La B12 contribuye a la formación de los glóbulos rojos, ayuda a mantener el sistema nervioso saludable, libera la energía de la comida que consumimos y permite que el organismo procese el ácido fólico, que también pertenece a este grupo vitamínico.
Fuentes de vitamina B12: carne, salmón, bacalao, leche y queso.
La falta de vitamina B6 y B12 puede causar anemia.
  • El ácido fólico trabaja en conjunción con la vitamina B12 con el objetivo de formar glóbulos rojos saludables y también ayuda a reducir el riesgo de defectos en el sistema nervioso central, como la espina bífida, en bebés cuando se encuentran en el vientre materno.
Fuentes de ácido fólico: brócoli, coles de Bruselas, hígado, espinaca, espárragos y guisantes.
La B1, B2 y B3 ayudan al mantenimiento saludable del sistema nervioso y están presentes en los huevos.

Vitamina C

Ayuda a la cicatrización de las heridas, protege las células y es necesaria para que el tejido conectivo, que fortalece a los órganos, se mantenga saludable.
También es importante para los huesos, la piel y para que el cuerpo absorba el hierro.
En cuanto a la creencia popular acerca de sus propiedades para prevenir los resfríos, es importante tomar en cuenta que es el caso en situaciones muy particulares: corredores de maratones, esquiadores y militares en climas muy fríos.
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Las naranjas son ricas en vitamina C.
Estudios realizados con respecto al tema no han encontrado suficiente evidencia para asegurar que ayuda a la prevención de las gripe o acelera su cura en el resto de las personas.
El cuerpo no puede almacenarla, así que debe ingerirse diariamente. La falta de vitamina C puede causar escorbuto, una enfermedad que ocasiona debilidad, problemas en las encías y hemorragias cutáneas y musculares.
Fuentes de vitamina C: naranjas, pimientos verdes y rojos, fresas o frutillas, brócoli, papas y grosellas.

Vitamina D

Sirve para regular la cantidad de fosfato que hay en el cuerpo y ayudar en la absorción del calcio, lo que es fundamental para los huesos, y también para mantener los dientes sanos.
También juega un papel importante en los nervios, los músculos y el sistema inmunitario. El cuerpo la produce naturalmente al exponerse al sol.
Su falta puede ocasionar osteoporosis y dolor de huesos en los adultos y raquitismo en los niños.
Fuentes de vitamina D: salmón, sardinas, hígado, cereal, leche y yema de huevo.

Vitamina E

Es un antioxidante importante en la realización de los procesos metabólicos y en el fortalecimiento del sistema inmunitario.
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El yogurt es una buena fuente de vitamina A.
También protege las membranas de las células y ayuda a que la piel y los ojos se mantengan en buen estado.
Fuentes de vitamina E: aceites vegetales como el de oliva, de maíz y de soya, margarina, nueces y semillas, vegetales de hojas verdes.

Vitamina K

Es necesaria para la coagulación de la sangre, lo que ayuda a que las heridas sanen adecuadamente. Si no se tiene suficiente, puede que la persona sangre mucho
También contribuye con el mantenimiento del tejido óseo y los tejidos corporales.
Fuentes de vitamina K: vegetales de hojas verdes como el brócoli y la espinaca, bayas oscuras, cereales y aceites vegetales.
Las bacterias que se encuentran en el intestino también producen cantidades pequeñas de cierto tipo de vitamina K.

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10 mitos de las dietas

Redacción

Elementos de una dieta
Hay varios elementos a considerar cuando se hace una dieta para que sea efectiva.
En algún momento nos ha podido pasar. Unos kilitos de más nos molestan y queremos deshacernos de ellos.
Para lograrlo -con mucho esfuerzo por lo general- recurrimos a alguna dieta e incluimos recomendaciones de conocidos o consejos que hemos escuchado o leído en algún lugar.
Pero en torno a las diversas opciones dietéticas para perder peso, hay creencias erróneas y acciones que algunos toman, pese a no ser efectivas para lograr que la balanza refleje el peso que queremos.
"Hacer cambios a largo plazo y modificar nuestro estilo de vida es la manera ideal de combatir los kilos de más porque conduce a una pérdida de peso permanente", le dice a BBC Mundo la doctora Lucy Chambers, especialista en alimentación de la Fundación Británica de Nutrición.
Y añade: "Es más efectivo hacer cambios graduales a los que podamos ceñirnos por un largo período de tiempo. Idealmente, el cuerpo debe perder entre 0,5 y 1 kg por semana".
Teniendo en cuentra ese aspecto, a continuación recopilamos algunos de los mitos más frecuentes al hacer una dieta.

1. Ciertos alimentos sirven para quemar grasas

El repollo, el apio, la toronja, el té verde, los pimientos picantes… Puede que no sea la primera vez que escuchas que estos alimentos ayudan a eliminar la grasa, y probablemente puedas añadir otros a la lista.
Pero según la Fundación Cardíaca Británica (BHF por sus siglas en inglés), no es el caso. No hay ningún tipo de comida que tenga propiedades especiales y que pueda quemar la grasa de más que hay en el cuerpo.

2. No se debe picar nada entre comidas

De acuerdo a la misma organización, esta premisa también es un mito.
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Picar ciertos alimentos entre comidas ayuda a controlar el apetito.
No hay problema con comer algo ligero en el medio de las comidas principales siempre y cuando se trate de un refrigerio o un tentempié sano, como algún vegetal, una fruta o yogurt bajo en grasa.
Es útil porque ayuda a controlar el apetito.

3. Comer de noche es lo que engorda

La hora a la que se consume un alimento particular no es lo que determina el aumento de peso, son las calorías.
Si se consumen más de las que se deben, se ganarán kilos adicionales, no importa si esto ocurre en la mañana, en la tarde o en la noche.
En esto coinciden tanto el Centro de Salud de la Universidad de West Virginia, en Estados Unidos, como la publicación médica estadounidense WebMD, que añade que no existe ninguna prueba de que cuando se come tarde en la noche, se engorda.

4. Los carbohidratos son malos

Este tipo de alimentos son un componente fundamental en nuestra dieta, que incluyen azúcares, almidón y fibra.
"Nuestro cuerpo necesita los carbohidratos para obtener energía, y particularmente para que el cerebro y los músculos funcionen. El Departamento de Salud del Reino Unido recomienda que al menos la mitad de la energía que incluimos en nuestra dieta tiene que venir de carbohidratos almidonados", explica Chambers, de la Fundación Británica de Nutrición.

5. Mientras menos grasas comas, mejor

La especialista de la Fundación Británica de Nutrición explica que contrario a lo que muchos puedan creer, se recomienda que al momento de hacer una dieta el 35% de la comida que proporciona la energía provenga de las grasas.
No se sugiere seguir un régimen alimenticio bajo en grasa o que elimine completamente el consumo de grasa.
Lo que hay que tener en cuenta, resalta Chambers, es que como hay diferentes tipos de grasa, el tipo que se ingiera es lo que hace la diferencia. Lo ideal es reemplazar la saturada con la que no lo es, ya que la última ayuda a reducir el colesterol en la sangre, que está relacionada con el riesgo de enfermedades cardíacas y derrames cerebrales.
En relación con el tema de las grasas, también hay que tener en cuenta el siguiente mito:

6. Los productos bajos en grasa ayudan a perder peso

Los alimentos que se venden con esas características suelen incluir mayores cantidades de azúcar, sal y almidón que aquellos que tienen todos los componentes regulares.
Esto ocurre para compensar el sabor que pierden cuando se les quita o se les reduce la cantidad de grasa.
Con este tipo de alimentos también existe el riesgo de consumir más porciones –en cantidad y frecuencia- de las que se comerían con la versión regular.
Esto ocasionaría una ingesta de calorías mayor, lo que definitivamente no ayuda a eliminar esos kilos de más.
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Controlar el consumo de calorías es fundamental para perder peso.
En cuanto a los productos que se mercadean afirmando que no tienen azúcar, lo que suele ocurrir es que se endulzan con concentrados de jugos de fruta, por lo que se termina consumiendo la misma cantidad de calorías que con el original y, además, no hay ninguna ganancia desde el punto de vista nutricional, de acuerdo con el Centro de Salud de la Universidad de West Virginia.

7. Tomar mucha agua = chao kilos

El agua es fundamental para el organismo, pero no por eso se debe asumir que al aumentar su consumo se perderá peso.
Aunque es bueno tomar más de este líquido al hacer una dieta, porque ayuda a evitar otras bebidas que contienen azúcar, esta única acción no contribuye a eliminar esos kilos extra, hay que tomar otras medidas.
De lo contrario, afirma WebMD, no habrá ninguna diferencia.

8. Algunos tipos de azúcar son peores que otros

La publicación referida con anterioridad también indica que hay investigaciones que demuestran que el cuerpo absorbe de manera similar el azúcar regular, la miel y los endulzantes que se hacen con almíbar de maíz que se convierte en fructosa.
Como referencia, es bueno considerar que las calorías que se adquieren con una cucharadita de cualquiera de estos productos oscilan entre 48 y 64.

9. Saltarse comidas hace la dieta más efectiva

No es cierto. Las consecuencias de esta medida es que te sientas más hambriento, lo que a su vez lograría que consumieras más alimentos en tu próxima comida.
De hecho, según algunos estudios existe una conexión entre la obesidad y saltarse el desayuno.
Varias organizaciones, entre ellas el Instituto Nacional de Enfermedades Digestivas, del Riñón y la Diabetes, en EE.UU, están de acuerdo en este punto.

10. Lo que funciona para perder peso, son los ejercicios intensos y prolongados

Se trata de otro mito porque la actividad física de baja intensidad también consume calorías.
Está muy bien ir a un gimnasio, pero la BHF señala que caminar, arreglar el jardín y las actividades que se suelen hacer en el hogar, hacen una gran diferencia.
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Arreglar el jardín también es una actividad que ayuda a perder peso, no solo los ejercicios de alto impacto cuentan.
En cuanto a este tema, el Centro de Salud de la Universidad de West Virginia también apunta que el ejercicio no transforma la grasa en músculo debido a que ambos tejidos están compuestos de células diferentes.
Se quema la grasa y se desarrolla el músculo, así que lo que se puede hacer es perder uno y ganar el otro, pero no convertir el primero en el segundo.
Y, finalmente… cuidado con los productos que prometan la casi milagrosa pérdida de muchos kilos en muy poco tiempo. Cualquiera que sea su composición, es extremadamente difícil que esa predicción se cumpla.
Además, puede ser peligroso para la salud porque en ocasiones, los que se basan en hierbas o componentes naturales, no han pasado por los procesos de verificación científica correspondiente para garantizar que al consumirlos no hay riesgos para el organismo o que son efectivos.

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La pesadilla de vivir obsesionado con la propia apariencia

Susanna Jolly
BBC

La ex súper modelo Alicia Douvall padece de trastorno disfórmico corporal.

Hace dos años, la exmodelo Alicia Douvall hizo dos impactantes revelaciones: había gastado más de US$1,5 millones en tratamientos estéticos y su adicción a la cirugía se había originado en un trastorno dismórfico corporal (TDC) no diagnosticado.

Esta afección, que también se conoce como dismorfofobia, consiste en una preocupación fuera de lo normal por un detalle en la apariencia.

Con frecuencia los síntomas empiezan en la adolescencia.


Minnie Wright, de 47 años, lleva casi toda su vida padeciendo TDC.

"Los síntomas empezaron cuando tenía 11 años y era víctima de acoso escolar", cuenta. "En buena medida era por el tamaño de mi nariz".

Minnie agrega que se ponía maquillaje de sombra y colocaba la cabeza inclinada para evitar mostrar su perfil.
¿Vanidad? No es justoAsí se veía Minnie Wright en la época en que empezaron los síntomas.

Las personas con TDC tardan en pedir ayuda por temor a ser calificadas como vanidosas.

El doctor David Veale, una eminencia en TDC, se especializó en esta área hace 20 años después de que uno de sus pacientes se suicidara por este trastorno.

"Idealmente, lo que queremos es examinar y diagnosticar a las personas con TDC en una etapa temprana, pues el tratamiento es más fácil antes de que todos esos pensamientos y ansiedades se 'atrincheren' en su mente".

Veale agrega que "el mensaje más importante es que el TDC es una enfermedad tratable".

El tratamiento normalmente consiste en una combinación de antidepresivos y terapia cognitivo-conductual. No obstante, llegar a diagnosticar el trastorno y tratarlo es un proceso lento.

Y durante ese tiempo quienes sufren de TDC pueden tratar de "curar" esas imperfecciones que perciben con cirugía plástica.

"Inmovilizada"Imagen de Minnie Wright después de hacerse una cirugía de nariz.

Minnie explica que quería hacerse algo. "Pero todavía era una niña. Cuando cumplí 18 años me dieron una cirugía de nariz".

"En un principio me sentí mejor, pero en el fondo era infeliz. Era como mover los muebles de lugar, pero el problema subyacente seguía allí. Sencillamente todo se veía un poco diferente".

Más tarde Minnie centró su fuente de infelicidad en su cabello y los síntomas la llegaron a "inmovilizar" de tal forma que contempló el suicidio.

Estudios sugieren que las personas con este trastorno son más propensas al suicidio que la población general. Minnie conoció a cuatro personas con TDC que se quitaron la vida.

Veale, quien trabaja para la Fundación de Trastorno Dismórfico Corporal, cuenta que un tercio de sus pacientes se ha sometido a al menos un tratamiento de cosmética.

Lo más alarmante es que menos del 10% de las personas con este trastorno queda satisfecho con los resultados.

Sus ansiedades suelen centrarse en otro aspecto de su apariencia, lo que algunas veces lleva a que la persona se someta a múltiples procedimientos.
Herramienta de diagnósticoUn tercio de las personas con TDC se somete a tratamientos cosméticos.

Se estima que 15% de las personas que quiere hacerse cirugía plástica tiene TDC.

El cirujano plástico Simon Withey señala que el TDC "es extremadamente complicado" y advierte que los cirujanos "nunca podrán ser expertos".

"Sin embargo, con las preguntas adecuadas, uno adquiere un sexto sentido para detectar que algo no está bien. Para mí, una de las señales es cuando el paciente está 'demasiado preparado'. Si siento que algo no está bien, no opero".

Los psiquiatras tienen varias herramientas para identificar la dismorfofobia, pero estas llevan demasiado tiempo como para que las use un cirujano en su clínica.

La doctora Alex Clarke estudia los aspectos psicológicos de la cirugía plástica. Su equipo viene desarrollando un cuestionario de análisis más accesible.

"Los cirujanos lo que quieren es operar. Su preocupación está en que si dicen que no, el paciente tocará la puerta de otro", explica Clarke.

El cuestionario identifica la presencia de los síntomas clásicos de TDC y explora las expectativas del paciente.

En las pruebas de estudio, tanto los cirujanos como los pacientes han aceptado esta nueva herramienta.

"En los últimos 15 años hemos visto cómo cirujanos han pasado de resistirse a reconocer que estas prácticas forman parte de un servicio de calidad superior".
"Lejano oeste"

Pero el problema radica en cómo llegar a aquellos profesionales inescrupulosos dispuestos a todo por una buena suma de dinero.Si la persona está decidida a hacerse una cirugía, por el precio adecuado puede encontrar a alguien que se la haga.

El cirujano Marc Pacifico, portavoz de la Asociación Británica de Cirujanos Plásticos y Anestesiólogos, confiesa que"allá afuera es el lejano oeste".

"Es un hecho triste que, si buscas, encuentras a alguien dispuesto a hacerte la operación que quieras. Cualquiera puede llamarse 'cirujano plástico' y tener un consultorio".

Pacifico agrega que las personas pueden ser fácilmente engañadas con sitios en internet sofisticados y direcciones de renombre.

Para evitar caer en manos de "inescrupulosos" la Asociación recomienda buscar por certificados y credenciales oficiales.

Las prácticas negligentes pueden incluir que el paciente sea visitado primero por un vendedor, en vez de un cirujano. También el precio sospechosamente bajo de una cirugía o las ofertas por "tiempo limitado" pueden ser señales de que se trata de un cirujano poco serio.
¿Primer mundo?

Con frecuencia, los comentarios que siguen a los artículos que se publican en los medios sobre TDC comentan que este es "un problema de primer mundo".

Pero hay evidencia que prueba lo contrario. El profesor brasileño Leo Fontanelle es especialista de TDC en Río de Janeiro. Y Brasil es uno de los países con mayores operaciones de cirugía plástica en el mundo.

"Hemos visto pacientes de todos los estratos socioeconómicos. Todavía no tenemos los datos para saber cuántos de nuestros pacientes se han sometido a cirugía antes de ser diagnosticados y tratados".

Sin embargo, Fontanelle agrega que "sigue siendo importante que nuestros cirujanos estén al tanto (del trastorno) y remitan a los pacientes a los servicios adecuados".

¿El selfie es el culpable?

Durante mucho tiempo se ha señalado a los medios como responsable súltimos de que la gente desarrolle una errada imagen corporal, y en los últimos años ha habido un auge de las autofotos o selfies.

Un estudio reciente muestra que las personas entre los 16 y 25 años dedican en promedio 16 minutos y siete intentos para hacerse el selfie perfecto.

¿Esta presión para verse perfecto afecta el estado mental de la gente?

El doctor Veale no lo cree así. "Es difícil trazar una línea entre lo que es una insatisfacción del cuerpo y el TDC propiamente dicho".

El experto explica que son las experiencias a temprana edad, como una relación pobre entre el niño y la madre o el acoso escolar, lo que afectará a la persona.

"Las presiones de los medios están allá afuera, pero sólo juegan un pequeño papel en la historia", agrega.

Por su parte, la doctora Clarke considera que la dismorfofobia es un tema que se debe atacar en las escuelas.

"Es necesario enseñarle a los niños educación mediática para que aprendan que todas esas imágenes retocadas no son reales. Es muy fácil ser una víctima de estas presiones si no eres lo suficientemente fuerte".