- Como Johann Sebastian Bach le ayudó a una niña checa a sobrevivir el campo de concentración de Auschwitz
Rebecca JonesBBC
Zuzana Ruzickova soportó la vida en tres campos de concentración durante la Segunda Guerra Mundial, incluido el de Auschwitz.
Y en los años que siguieron fue perseguida por el gobierno comunista de la entonces Checoeslovaquia,
Pero no sólo sobrevivió esos años sino que llegó a convertirse en una de las clavecinistas más destacadas del mundo.
"No era una niña fuerte, pero siempre estuve enamorada de la música", dice Ruzickova, que cumplirá 90 años el próximo mes.
Zuzana nació en Checoslovaquia el 14 de enero de 1927 en una próspera familia judía y tuvo una infancia feliz. Pero a menudo se enfermaba y padeció tuberculosis.
Un día, como regalo por haberse mejorado, le pidió a sus padres un piano y lecciones de piano.
Los médicos le ordenaron descansar pero eventualmente se cumplió su deseo. Y su maestra quedó tan impresionada con su talento que la alentó a ir a Francia a estudiar con el mejor clavecinista del mundo.
Pero en 1939 los nazis invadieron Checoslovaquia. Logró ir a estudiar a Francia, pero tres años más tarde ella y su familia fueron deportados al campo de concentración de Terezín.
"Mi infancia terminó allí", dice. Sus abuelos y su padre murieron después en el campo, junto con otros miles de internos judíos.
Ella insiste, sin embargo, que la música le ayudó a sobrevivir. Recuerda cómo un día se sentó a escribir en un pedazo de papel una pequeña parte de la Suite Inglesa No. 5 en mi menor del compositor alemán del período barroco Johann Sebastian Bach, mientras viajaba en un camión de ganado que la transportaba de Terezín a Auschwitz.
"Quería tener un pedazo de Bach conmigo como una especie de talismán porque no sabía lo que nos esperaba", dice.
Lo que les esperaba era más adversidad. Su número en el campo de Auschwitz, 72389, que fue tatuado en su brazo, ahora se ha desvanecido.
Pero ella no lo ha olvidado. También puede recordar lo "terriblemente asustada" que estaba. Aunque era sólo una adolescente, le hubiera gustado haber sido más fuerte.
"Ver las cámaras de gas, el humo, cada día. Nunca me perdonaré que en las noches iba con mi madre y lloraba y le decía: 'Quiero vivir, no quiero morir'", recuerda.
"Salvada"
Ruzickova cuenta que sabía que iba a morir en las cámaras de gas el 6 de junio de 1944 pero cree que la salvó el desembarco de Normandía, que ocurrió ese día.
Después soportó trabajos forzados en Alemania antes de que la enviaran al campo de concentración de Bergen-Belsen en 1945, donde, en otra desgracia más, contrajo peste bubónica.
Cuando finalmente regresó a su país, Checoslovaquia, con su madre gravemente enferma, sus manos estaban en un "terrible estado", dañadas por el trabajo en los campamentos acarreando ladrillos.
Le aconsejaron abandonar sus ambiciones de tener una carrera musical.
Pero dice: "No podía vivir sin la música", y comenzó a practicar el piano 12 horas cada día para recuperar el tiempo perdido.
"No es suficiente con ser una música extraordinaria", dice. "Tienes que estar loca. Tienes que tener el sentimiento de que no puedes vivir sin la música".
Entonces, en 1948, los comunistas ocuparon el poder en Checoslovaquia, lo que condujo a más de 40 años de gobierno totalitario.
"Realmente no podía creer que hubiera otro régimen como los nazis, tan cruel, tan estúpido, tan antisemita. Al principio yo era tan ingenua. Pensé que no podía ser cierto", afirma.
La familia, que vivía en sólo dos habitaciones de un pequeño apartamento en Praga, estaba bajo constante vigilancia.
Pero en contra de todas las probabilidades, Zuzana Ruzickova logró forjar una distinguida carrera como clavecinista.
El mundo la descubrió cuando en 1956 ganó el Concurso Internacional de Múscia ARD en Munich.
El gobierno checoslovaco le permitía presentarse en concursos y conciertos en todo el mundo porque la clavecinista era una lucrativa fuente de divisas para el Estado.
Entre 1965 y 1975 también se convirtió en la primera persona que grababa las obras completas para teclado de Bach.
Zuzana Ruzickova sigue estando agradecida con el compositor que, dice, "jugó un rol importante en mi recuperación tras las terribles experiencias".
"Bach es muy reconfortante. Siempre sientes en su música que Dios está presente de alguna forma. Y eso, por supuesto, ayuda".
Cáncer
La música dejó de presentarse en público en 2006, a la edad de 79 años. Dice que lo extraña "terriblemente". Esto coincidió con la muerte de su esposo, el compositor Viktor Kalabis.
"Esto cambió mi vida completamente", afirma.
Y ahora, en un giro final del destino, ya casi no puede tocar el clavecín.
"Mis manos no están bien, no funcionan apropiadamente. Tengo cáncer y me he sometido a quimioterapia", cuenta.
Para marcar su cumpleaños 90 el próximo mes, será relanzada su grabación de las obras completas de Bach.
También será estrenado un nuevo documental sobre ella, "Zuzana: la Música es Vida".
Al mirar hacia el pasado de su tumultuosa vida y brillante carrera, Zuzana Ruzickova afirma que no está "orgullosa" de nada.
Pero riéndose expresa que su gran logro es "haber vivido hasta los 90 años".
Y afirma: "fue milagroso haber sobrevivido".